Microfibra: pregúntame dos veces
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Hace un tiempo me estaban ofreciendo microfibra como una opción totalmente ecológica, y como desde hace un tiempo estoy aplicando la filosofía de preguntarme dos veces cualquier cosa que me dicen, me puse a investigar qué era la microfibra, y si era realmente o no ecológica. La teoría de los vendedores de este producto es que como absorbe mejor, debe lavarse menos, y esto ahorra agua y luz. Esto puede ser un buen punto, pero aún así… preguntemos dos veces.
Primero, quiero contarles que la microfibra está hecha principalmente de dos materiales: poliéster y nylon, estas fibras son más delgadas que un cabello humano, por eso se ven como tela, pero no dejan de ser plástico. Cuando se ve en detalle, una microfibra individual tiene una apariencia de radios. El área entre ellos crea una superficie más grande en la propia fibra, al unirse se tejen como una tela, el resultado es un producto que tiene una capacidad asombrosa para recoger y atrapar la suciedad y diferentes líquidos, lo que no pasa con las telas tradicionales como el algodón, que son más suaves y necesitan un detergente o algún jabón para limpiar bien normalmente, y no absorben los líquidos tan fácilmente.
¿Es esto una ventaja? Bueno, si lo miras desde la practicidad claramente lo es, pero es la misma historia que con los desechables: la practicidad por encima de los efectos en la salud y el medio ambiente, etc. El problema con este tipo de materiales es el mismo de la tela sintética, como la que se usa para la ropa deportiva, e incluso algunos productos de aseo personal como exfoliantes y pastas dentales: los mircoplásticos.
Resulta que cuando lavas este tipo de materiales, cada vez se desprenden pequeños pedazos de plásticos demasiado pequeños para ser vistos, estos se van por las tuberías que no cuentan con filtros adecuados para estas partículas tan pequeñas, las cuales terminan viajado hasta el río, y eventualmente al mar. El problema con los microplásticos, es que se van a donde está la vida marina, ésta lo termina ingiriendo y en muchos casos terminan muriendo por intoxicarse con estos materiales, por ejemplo: hoy decidiste lavar esa toalla de microfibra porque derramaste el chocolate, la metes a la lavadora, las partículas viajan por las cañerías, ríos, y desembocan en el mar, Un pez lo ingiere creyendo que esto es alimento, la partícula se queda en sus tejidos y/ú órganos, este pez es pescado para consumo humano, el cual cocinas, ahora lo ingieres tú y se queda en tu organismo, a veces es tan estable que tu hígado no puede desintoxicarlo, entonces termina causando un problema grave en tu sistema, o en el mejor de los casos los desechas, y vuelve al agua.
Ustedes me dirán que este material es reciclable, y sí... pero, recoléctenlo primero. Además el plástico debe ser clasificado para ser reciclado, otro ítem a tener en cuenta, también los microplásticos se funden más rápidamente al intentar ser reciclados que los otros tipos de plásticos, lo que causa un agrupamiento del material, lo que daña el lote entero.
Es por eso que doy mis pulgares abajo para la microfibra. Entonces, ¿cuál es la mejor opción?
Yo siempre voto por lo natural, en este caso serían fibras vegetales, y sería mi mejor opción con la condición de que sean reusadas: es mejor algo que ya tienes a invertir en un recurso nuevo, esto también aplica para una camisa vieja que quieres usar de trapo. Si no tienes, pues una nueva está bien.
Si ya tienes una toalla de microfibra, no la botes a la basura, hay dispositivos sencillos que ayudan a atrapar las microfibras al lavarlas (y lava en agua fría para ahorrar energía, además los microplásticos se liberan en agua caliente más fácilmente), les presento las Cora balls https://coraball.com/ y las bolsas Guppyfriend http://guppyfriend.com/en/. Estos métodos sirven para lavar cualquier material sintético.
El problema del plástico es un monstruo invisible y visible que nos está dañando bastante, por eso siempre pregúntense dos veces!!!!